
ACERCA DE NOVALIS (1772-1801)
ANTE TODO, tendría que decir que es un poeta joven (29 años). Su nombre es Georg Philipp Friedrich Frechers von Hardenberg. Fue un escritor de poemas, pero famoso por la novela Enrique de Ofterdingen (nombre propio del protagonista) Pertenece a una familia de la nobleza, lo cual significa que tuvo tutores privados y que era un hombre bastante culto. Novalis a los 12 años quedó a cargo de un tío y él lo animó a estudiar Derecho. Estudiando esto, conoció a varios jóvenes atormentados por el Derecho como: Schiller, Schlegel y Hölderlin. Se hicieron amigos y así subsistieron. Después, forma parte de círculos intelectuales como Jena, etc. Consigue un trabajo como tutor de un noble y ahí conoce al amor de su vida (amor imposible) que se llama Sophie von Khün y cuando ella cumple los 13 años le declara su amor y acepta (un poco a escondidas por la diferencia de edad) y él tenía 23. Lo dramático es que ella muere a los 15 y esto marca a Novalis para siempre. Mas que ser imposible por las circunstancias, muere. Y lo imposible, se hace más imposible aun (ausencia). Años después conoce a Julie Charpentier, aunque nunca como el amor que le tuvo a Sophie que como era niña representaba la inocencia y la pureza.
Ahora bien, como símbolos en Novalis, destaca el de la flor azul que no es natural (difícil de encontrar, a diferencia de la morada intensa) y representa el anhelo, el amor y al afán metafísico por lo infinito. Plantas o vegetales como: la chicoria y otra flor llamada el Asiano que son consideradas como flores “azules” y siempre se usan como símbolo de lo inalcanzable. En el caso de Novalis, él lo utiliza para algo insistente aún: rosa azul. Y, en la novela, el joven Enrique se encuentra con un extraño y se pone a caminar con este extraño y llegan a una cueva y dentro de la misma, hay una flor azul que brilla impresionantemente (los cautiva) y están rodeado de miles de flores con colores distintos. Sin embargo, Enrique solo tiene ojos para la flor azul (incapacidad para mirar las otras flores por brillantes y coloridas que sean). Lo que hace es contemplarla: es la Amada y la Amada es alguien imposible. También, otro símbolo la figura del “egregio extranjero” y que debería explorarse con mayor detenimiento.
Análisis de “Himnos a la noche” (1799-1800)
– Obra más famosa que la novela.
– Son publicados y escritos en alemán. Publicado en “El Ateneo” en el 1800 y se divide en varios Himnos: los 4 primeros son escritos en prosa rítmica (así lo dicen algunos), fáciles de leer, elaboran el tema o la trama de lo que viene después. Lo primero que hace el poeta es alabar a la noche (la luz de la noche). Siente una nostalgia por la luz, abre los “Himnos”
– El egregio (grande, magnífico) extranjero es un hombre que llega de afuera que recorre el territorio y que lo está contemplando. Es, en cierto sentido, el poeta (o, al menos, cumple la función del poeta). Ilumina los lugares por donde pasa y la noche se va haciendo día. Menciona el color azul y celeste. El azul se asocia a las aguas (probablemente refiriéndose al mar o al océano) y, luego, asocia el celeste con la imagen (porque para los Románticos es el éter o la atmósfera y al decir imagen celeste habla de los espíritus).
– En la 2da estrofa, viene ya la persona en concreto. La estrofa para con un Yo es el hablante lírico o el poeta. Frente a la nostalgia de la luz, se vuelve hacia la noche inefable y santa. En la noche conocen, aman, tienen experiencias místicas. A éll lo que le gusta de la noche es que puede estar con su amada. Empieza con una palabra y termina con la misma. También nombra el asunto de “descender” (al mundo de los muertos donde esta Sophie que probablemente es pura ceniza) en gotas de roció y mezclarse con la ceniza.
– En sus diarios de vida escribió sobre la experiencia de Sophie y después de la escritura del diario escribió “Los Himnos a la noche” (del recuerdo de la visita a la tumba).
– Hay una serie de preguntas en la columna que sigue: hay casi seis preguntas seguidas. Personifica a la noche y le habla a ella directamente. Le habla porque la noche es misteriosa (no sé sabe que se tiene al lado) y, al mismo tiempo, hace una descripción “bálsamo delicioso gotea de tu mano (…)”: la experiencia de la noche hace volar a otros mundos a pesar de que las alas pesen y el poeta onírico introduce los sueños y el subconsciente. De hecho, en “Himnos a la noche” no se sabe si fue un sueño o realidad. Después, describe la noche: tiene luz, es misteriosa, tiene astros y estrellas que brillan. La noche nos permite conocer porque esa experiencia nos ilumina por dentro (no nos dábamos cuenta antes). La que ilumina la noche es la Amada. La noche le gusta, porque está con ella, aunque sea en sueño.
Ahora bien, Richard Burton, escribió “Anatomía de la melancolía” que se manifiesta físicamente. Muchas veces no dependen de los niveles de humores, sino que puede ser provocadas por algo externo (es una reacción, incluso aquellas que están en el subconsciente). Sentó las bases para lo que se estudiará en psicología. Novalis dice “fluye la melancolía”: la tristeza se apodera de mí, de tal manera que no puedo reaccionar y ese es el estado del hablante lírico. Se presentan “rasgos transfigurados de la amada”: él, en vez de imaginarse un cadáver al ver la tumba en estado de descomposición, la transforma en la esencia de algo. No vio la parte fea de la muerte (descomposición física y corrupción del cuerpo): esto último es parte de su ensoñación. Los ojos son aquellos en donde descansa la eternidad y tenemos la siguiente imagen magistral: “noche es un cielo y la luz de la noche es ella, porque está con quien ama”.
En el Himno IV, Novalis comienza a asociar la ensoñación del paisaje y la amada y la une a imágenes religiosas que nos adelantan o encaminan con respecto a lo que va a pasar en el último Himno. Dice Novalis: “cansancio celeste” (color del éter y del espíritu, su estado humano está humano y desapareciendo: se asemeja a un anima, porque está tan consumido por la pena que ya no parece hombre). El cementerio estaba en un monte que tuvo que subir y se puede relacionar con la subida de “San Juan de la Cruz” al monte Carmelo. El dolor pesa, cuesta subir. Las subidas son una especie de pesos que hay purificar (Dante). Así, habría una comparación no solo del día y de la noche y de la vida en el mundo y de la vida de los que ya andan como muertos o de los que han muerto. La noche es la residencia, su morada, él quiere habitar la noche (no el día, no el mundo de los hombres, quiere trascender, estar con Sophie, prefiere la paz y sabiduría de la noche: realiza un contraste). Hay una contraposición entre lo que está arriba (armonía, paz, compañía) de lo que esta abajo (solitaria más solitaria, atolondramiento, etc). El Hijo es Jesucristo y el amor productivo es aquel que se da. En la columna que sigue se refiere al color de la noche, la noche no tiene color (es negra), pero él la ve llena de color.
Finalmente, el Himno V y VI tienen unas particularidades. El V cambia radicalmente la dirección en que iban los Himnos anteriores (giro de timón), porque sale de la experiencia muy personal descrita antes y se dirige a una experiencia, más bien, mítica, en el sentido amplio de la palabra (griego y cristiano). Además de ir alternando con prosa (el IV finaliza en poesía), termina con canto de alabanza, resurrección: alabanza del hombre sobre la muerte (la trasciende). De hecho, al final aparece la Virgen María como eterna (inmortal). Sophie no solo lo trasciende a él, sino que trasciende este mundo, a nivel de lo que lo hizo la Virgen María. Aspira a unirse a ella en ese mundo celestial, aspira a trascender, porque eso sería estar con ella: amarla eternamente, eso sería el Cielo. Ahora bien, parte el Himno V con una descripción en prosa que llama mucho la atención: si todos los colores que aparecen en esta noche, parecen una descripción impresionista, porque, al menos, en el primer párrafo hay 10 colores distintos. Por ejemplo, en la sexta línea: “montañas rojas de la mañana” y otro ejemplo es la octava línea: “profundidad verde y oscura del mar” , “ríos, arboles, flores y animales tenían sentidos humanos” (parece una utopía del siglo XX, un espacio o lugar ideal y, además, todos estos vegetales y criaturas son personificados: “niños celestes”). Termina ahí y sigue con un pedazo de poesía donde muestra tres estrofas que son regulares (8 líneas, 8 versos cada una, donde el poeta suspira y expresa lo que ha venido diciendo antes).
Alfredo Fredericksen Neira : Investigador Independiente. Diplomado en Teoría de las Artes Visuales (Pontificia Universidad Católica-2021), Diplomado en Cultura y Civilización Medieval (Centro de Estudios Avanzados PUCV-2020), Diplomado en Literatura en Lengua Inglesa (Centro de Estudios Avanzados PUCV-2019), Diplomado en Poesía Universal (Centro de Estudios Avanzados PUCV-2018), Diplomado en Historia del Arte (Centro de Estudios Avanzados PUCV-2017), Diplomado en Estudios de la Religión (PUC-2016), Diplomado en Arte y Estética Árabe-Islámica: clásica y contemporánea por la Universidad de Chile (CEA-2015), Diplomado en Teologías Políticas y Sociedad por la Universidad de Chile (CEA-2014), Diplomado en Psicología Jungiana (PUC-2014) y Diplomado en Cultura Árabe e Islámica por la Universidad de Chile (CEA-2014).
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