Reseña

POOR THINGS: ¿EL SER HUMANO EN SOCIEDAD? O, MEJOR DICHO, ¿EL HOMBRE EN SOCIEDAD?

LA TEORIZACIÓN sobre el género que realizaron académicas feministas en los años setenta, en su mayoría anglosajonas, dio lugar a la comprensión de que tanto lo femenino como lo masculino son construcciones sociales e históricas, no (únicamente) biológicas. El concepto género se comenzó a utilizar para hacer referencia a la construcción sociocultural de los comportamientos, actitudes y sentimientos de hombres y mujeres, aspectos diferenciados por una estructura patriarcal. Inicialmente, tal como señalan Álvarez y Sánchez (2001) “Con el concepto género se pretendía acabar con las omnipresentes teorías deterministas biológicas que interpretaban el lugar de hombres y mujeres en la estructura social como consecuencia de características biológicas” (p. 159) y con ello, sobre todo, dejar de naturalizar la supuesta inferioridad de las mujeres con respecto a los hombres. Una “inferioridad” que ha servido durante siglos para oprimir a las mujeres; de ahí la relevancia del concepto género. A todo esto, le antecede y le sobrevino una larga historia de conceptos en la que no profundizaré porque no viene al caso, lo que destaco es que “el feminismo supo mostrar que uno de los mecanismos de legitimación del patriarcado ha sido la naturalización de la Mujer” (Puleo, 2019, p. 27), es decir, atribuir lo aprendido a lo biológicamente dado; pensar que las mujeres no eran (o somos) dignas del mismo reconocimiento que sus (nuestros) pares masculinos, por el hecho “natural” de ser mujeres. Esto fue desmontado por el feminismo y la teorización sobre el género. Entonces vale preguntarse ¿Qué es lo natural, si durante siglos se creyó que nuestra subordinación como mujeres lo era? ¿Cuáles aspectos de nosotras están sujetas a la cultura y cuáles a la naturaleza? Si bien no tengo una respuesta, no pude evitar pensar todo esto al ver la nueva película de Yorgos Lanthimos, Poor things (2023), que si bien, no busca ser aleccionadora, sí abre el debate hacia muchísimas interpretaciones. Comparto una de tantas.

Sobra decir que aquí hago referencia sólo a la película que recién llega a la pantalla grande, no a la obra literaria. La sinopsis de la película nos dice que “narra la historia de Bella Baxter, una joven a la que el poco ortodoxo y brillante Dr. Godwin Baxter revivió. Bajo la protección del Doctor, Bella está ansiosa por aprender del mundo y de la vida, motivo por el cual se escapa con Duncan Wedderburn, un astuto abogado. Libre de los prejuicios de la época y en una vertiginosa aventura, Bella se vuelve firme en su propósito por defender la igualdad y la libertad”. Los y las espectadoras vemos a Bella “nacer” e ir descubriendo el mundo y todas las críticas que he leído hasta ahora apuntan acertadamente al hecho de que la obra abre la reflexión sobre la naturaleza, los supuestos impulsos naturales, versus la moralidad de la sociedad, sus prejuicios. Sin embargo, ¿el comportamiento de Bella es realmente un comportamiento natural? O ¿quizá lo que se muestra como natural no es otra cosa más que lo que históricamente se ha retratado como natural desde una mirada masculina? Me llama mucho la atención que el principal elemento “natural” que experimenta Bella, sea el impulso sexual.  Se dibuja a Bella como “honesta y real”, real porque primero escucha su cuerpo, y al mundo social que se posa ante ella anclado en mentiras porque busca reprimir la sexualidad.

Diversas autoras feministas han ya hablando sobre los rasgos que distinguen la masculinidad dentro del patriarcado, entre estos rasgos está el aparente deseo sexual irrefrenable, que en ellos se manifiesta como “natural”. Si deseáramos ir más lejos, señalaríamos que incluso esta “naturaleza” inclinada por el sexo, permitió durante siglos que los violadores se ampararan legalmente del supuesto deseo “instintivo” que no pueden controlar para ser considerados inocentes. Tanto así que bell hooks llegó afirmar “Si los hombres fueran socializados para desear el amor tanto como se les enseña a desear el sexo, veríamos una revolución cultural”. El “instituto” sexual también se aprende. Es por esto que me llamó mucho la atención que de los primeros rasgos que Bella busca vivir sin prejuicio alguno sea el sexo. Comprendo que inicialmente sólo escucha su cuerpo y su cuerpo desea placer, pero ¿la menstruación no sería más natural? Yo sí esperé que, dado que se propicia la reflexión de lo natural, se pusiera sobre la mesa que las mujeres menstruamos y que no debería ser tabú. Esto se resuelve con el hecho de que seguramente Bella no tiene útero, pero ¿qué pasa con otros sentimientos, emociones o comportamientos como la empatía, el amor, el cuidado? ¿estos sentimientos son aprendidos y no naturales? En los primeros minutos de la cinta, Bella quiere matar a los insectos en su descubrimiento por el mundo.

A pesar de la centralidad del sexo, realmente Bella no experimenta ninguna relación con su propio cuerpo, más allá del placer. Para muchos es interpretada esta relación como carente de los prejuicios sociales, sin embargo, Bella parece no tener en cuenta el autocuidado y que el cuerpo no es sólo una vasija para el placer, es nuestra conexión con el mundo material. Esta forma de tratar el cuerpo raya en la cosificación y queda claro cuando ella ingresa al prostíbulo; un escenario que sólo una mirada masculina puede caracterizarlo sin ningún ápice de violencia, tal como se muestra en la película. Cuando llega al prostíbulo, Bella observa lo que ahí acontece como un mero intercambio de “cosas”. Ella ofrece su cuerpo, ella recibe dinero, sin más ¿No suena eso a una definición del capitalismo que tanto conviene a los hombres que gustan de pagar por sexo? ¿A la industria tan violenta de la esclavitud sexual? Bella es sometida, su cuerpo es colonizado y no percibe violencia en ello. ¿No la siente? ¿Necesita, en términos de la película, de datos “empíricos” para afirmarla y sentirla? ¿Necesita un acercamiento científico? Si bien, en algún momento Bella dice que lo mejor sería que las mujeres pudieran elegir con quién coger, termina por ceder al deseo y la voluntad de los otros, pero dado que ella no percibe injusticia, todo queda en una metáfora de un “cuerpo socialista”. Sabemos que la esclavitud sexual es violencia, es muerte, no es sólo un intercambio de cosas, es la colonización del cuerpo. Las mujeres lo sabemos, y retratarla de la forma en que se muestra en la película me lleva a preguntarme ¿es realmente la figura de una mujer viviendo su liberación sexual o es el sueño masculino de cosificar todos los cuerpos?

Pero Bella sí percibe injustica, mas no cuando se ejerce hacia su cuerpo. Cuando mira a los bebés morir percibe la injusticia de clase y ante la muerte que ésta provoca, sí puede claramente afirmar que le duele, que sufre, que necesita hacer algo. Es aquí el punto de inflexión. Ella experimenta dolor porque naturalmente podemos sentir dolor como seres humanos. Lo curioso, es que no puede mirar cómo esa misma estructura se cierne sobre ella y sus compañeras del prostíbulo. Matar bebés es socialmente aceptado como un acto de horror, pero ¿colonizar otros cuerpos a través del sexo no lo es también? La mayoría de los hombres, el capitalismo, el patriarcado (y el feminismo liberal) cree que no, que no es tan grave, que no es para tanto. Queda claro que la película no busca demostrar que hay violencia en el sexo y si bien hay una crítica al deseo de control y poder que buscan ejercer algunos hombres hacia las mujeres (encarnada por el personaje de Mark Ruffalo) en realidad, esta metáfora sirve para hablar del concepto de propiedad privada. Puede argumentarse que el sexo se plantea como algo opuesto a la “razón”, que es otro elemento destacado en la cinta y que, hacia el final, Bella adquiere. Sin embargo, la razón científica es de origen patriarcal pues carece de toda empatía hacia otros seres vivos (aspecto encarnado por el personaje de Willem Dafoe) y sobre esto han teorizado ampliamente autoras como Vandana Shiva y Alicia Puleo.

Así pues, no pude evitar pensar que Poor things es una obra escrita y dirigida (creada en su totalidad) por hombres y para hombres que aún no se despojan de su creencia de que las vivencias de los hombres son vivencias universales y que por supuesto, no hay nada más natural que el sexo; la injusticia entonces no recae en la explotación sexual sino en la sociedad que busca reprimirlo. Por ello, pregunto, ¿la película realmente cuestiona el papel del ser humano en la sociedad? o más bien ¿del hombre y de la masculinidad? pues estos valores son los que la película explora, pero tal como se vende, nos hace creer que es universal, que es una experiencia compartida por el ser humano, no obstante, no hay nada de natural en los comportamientos de Bella, sino todo lo contrario, es un personaje masculino descubriendo el mundo.


Minolta se ha formado en el oficio de criticar la opresión en todas sus dimensiones (las que alcanza a percibir) porque develarla contribuye a un mundo más justo.


Ilustración de Agata Nowicka

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