Cartas,  Featured

FECHA DE CADUCIDAD

¿AÚN RECUERDAS el día que hablamos por primera vez?, ¿ya lo desechaste?, ¿lo eliminaste?, ¿qué hiciste con él?, ¿es importante?, ¿soy importante?, ¿hay algo en mí que signifique algo para ti? Porque en este punto, al que hemos llegado, preferiría que me odiarías antes de aceptar que en tus pensamientos ya no soy nada, que ya no existo, que ya he muerto.

Han pasado dos años desde que desapareciste, pero ahora volviste y se sintió como si me aventaras por un oscuro precipicio. No intercambiamos nada, ni miradas, ni palabras; pero me pregunto si tú también sientes esos latidos inquietantes, esos que puedes escuchar, esos que se entierran en tu garganta como si fueran espinas.

Si no hubieras desaparecido, quizá escaparíamos de todos nuestros problemas como solíamos hacerlo, solo tú y yo al lado de nuestros abrumadores pensamientos. Quizá escapar era lo único que sabíamos hacer juntos, quizá yo me convertí en un problema y por eso te marchaste. Quizá si no te hubieras ido, te enseñaría todos mis libros favoritos, hablaríamos de ellos hasta las seis de la mañana, porque era la única forma en la que el tiempo no avanzaba. Quizá simplemente solo estoy un poco molesta, porque huiste solo y no conmigo.

Ahora que regresaste, las frutas se volvieron agrias. Note que cambiaste mucho, ya no sonríes, ya no hablas, y siempre usas esos lentes oscuros, como si intentaras ocultar una imprudente marca. Yo también cambie, me volví más inestable, más cerrada; tampoco hablo, y los lentes oscuros no sirven para ocultar mis marcas. Me he preguntado si las has visto, si te inquietan, si te importan, o si simplemente ya no te interesan, si yo ya no te intereso.

Me han dicho que debería olvidarte, pero desde que te fuiste no dejo de extrañarte, y ahora que regresaste siento que te extraño más. Extraño a las personas que solíamos ser, extraño hacerte reír cuando tenías días malos, extraño que me contaras sobre las personas a las que odiabas, extraño cuando me hacías sentir protegida, escuchada y comprendida, extraño escuchar todas esas canciones que me enseñabas, extraño a la persona que eras antes de que te fueras, extraño lo que solíamos ser nosotros antes de que te marcharas, extraño lo que solía ser tú y yo antes de que todo se acabara, antes de que nos alcanzara, aquella oculta y silenciosa fecha de caducidad.



Becca Castillo (Ciudad de México, 2003) es estudiante de Letras Hispánicas en la UAM. Fue publicada en la edición núm. 16 de Irradiación (2025), en la sección de minificción. Explora una estética decadente, con enfoque en la violencia, el dolor, y el rencor. Busca una escritura versátil capaz de profundizar en lo grotesco y mezclarlo con el sentimentalismo exacerbado.

Leave a Reply