
DOS POEMAS DE HONDURAS
NOMBRAMOS A LA HOGUERA
[cuando se enciende en la madrugada]
LA CASA en la que viví está inhabitada:
pero la puerta tiene la misma hendidura
que el filo del hacha le hizo al árbol
aquel día en el que vió sus formas al nacer.
Nombramos a la hoguera
[para que el vestigio nos pueda desafiar.]
En el marco de la ventana:
siguen las huellas del niño
que dibujaba oropéndolas y zanates
con la polvareda de las calles
y el subterfugio de los arcoíris.
Nombramos a la hoguera
[mientras la herida decide volver].
Las paredes siguen intactas:
pero no olvidan la luz en los pasillos
ni el corte preciso de las palabras
ni las cicatrices que hicieron los espejos
cuando reflejaron la anatomía de las moscas
y la metamorfosis de las cucarachas.
Nombramos a la hoguera
[cuando el silencio ha decapitado la noche.]
La casa en la que crecí sigue inhabitada:
en el techo aún están colgadas las voces
y los presagios que las arañas tejieron
desde el primer día en el que nos fuimos
cuando aun las antorchas estaban encendidas.
Nombramos a la hoguera
[para ser testigos de la bruma que se riega por las mañanas.]
*
ANATOMÍA DEL ÚLTIMO POEMA
ENTONCES el poeta
recogió los restos de sus poemas
y en voz alta les dijo:
este será el último día
que estaré junto a ustedes
mañana iré al cielo o al infierno
da igual para el que escribe:
en la tierra y en la enfermedad
encontré dos comales a fuego alto
que calientan la memoria del escritor.
Después prosiguió diciendo:
a todos los presentes
que son como mis discípulos
coman y beban de lo que está
en el centro de la mesa:
las uvas y las fresas están bañadas
con la sangre de mis ojos,
el vino que hay en la botella
está compuesto de mis jugos gástricos
y el pan tan suave que van a degustar
viene de mi hígado y demás intestinos.
El poeta se levantó de la mesa
y miró a todos de frente y les dijo:
disfruten este preciado banquete
mañana seré entregado al juicio final
y ejecutado antes del canto de los gallos:
uno de ustedes negará el valor de mi obra
y otro dirá que mis versos estaban gastados;
en la presencia de mi nombre afirmarán lealtad
y en mí espalda llegarán con puñales y martillos
pero no los juzgaré ni con una gota de rencor
porque esto estaba escrito desde mi nacimiento.
Estando seguro de su decisión
el poeta bajó su copa llena de tinta negra
y les dijo con serenidad a los presentes:
recojan los frutos ennegrecidos de la poesía
porque de ellos emergerán
pequeños cálices de fuego
que harán de esta cena y sus corazones
un domo en el que arderán brasas y cenizas.
Luego el poeta se sentó en la mesa
y viendo que todos murmuraban
tomó la copa nuevamente y les dijo:
coman y beban tranquilos en este día
mañana ya no estaré con ustedes
es posible que un puñado de esqueletos
descienda desde el cielo y venga a recogerme:
aunque la piedra esté quebrada o ausente
estarán mis versos andando entre los hombres
cabalgando como caballos en el horizonte.

Omar Cruz (El Progreso, Yoro, Honduras, 1998). Estudiante de la carrera de Periodismo y Antropología en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Algunos de sus textos aparecen en diversas revistas literarias y periódicos de América y España. En el año 2022 fue finalista en el Concurso de «Cuentos de Suspenso, Ciencia ficción y Misterio» convocado por la revista literaria mexicana Inéditos, en 2023 ganó la «Convocatoria de Ensayo Breve» por la revista literaria Vuelo de Cuervos en Madrid, España. Obtuvo el primer lugar en el «Concurso de Cuentos y Ensayo» convocado por el diario español La Crónica del Henares, fue finalista en la «III Edición de los Premios Literarios Yunque de Hefesto» convocados por la revista literaria El Yunque de Hefesto en Madrid, España y recientemente ganó el tercer lugar en la «Sexta Convocatoria Literaria» por la Revista Exogénesis de Zaragoza, España. Es autor del poemario: Hologramas de ayer, hoy y para siempre (Atea Editorial, 2019). Ha sido traducido parcialmente al Inglés, Francés, Catalán, Italiano y al Japonés.
FACEBOOK: Omar Cruz
TWITTER: @OmarZavala1998
INSTAGRAM: Omarpoe98
*Fotografía de Yasmín Rojas

